8 de marzo ¿día para celebrar?
- Todo puede ser sadhana
- 8 mar 2021
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Actualizado: 8 mar 2021

El día de la mujer me genera sentimientos encontrados. Pienso que para muchas de nosotras, de alguna manera, nos resulta conflictivo recibir rosas, mensajes, poemas, canciones y todo tipo de regalos, incluyendo románticas promesas de respeto y amor; pero por otro lado no considero que debamos sentirnos culpables de querer recibir todo esto y celebrarnos como mujeres. Lo que me parece imprescindible es reconocer todo el peso histórico de este día, así como todas las dinámicas que se mueven en torno al mismo.
Lo primero que quisiera resaltar es la mercantilización de este día. La invitación que nos hace a consumir con indiferencia. Es decir, ignorando por qué compramos rosas, chocolates y cualquier otro producto para entregárselo a la mujer acompañado de un "feliz día" y exaltandola o agradeciendole por ser bella, amorosa, sensible y demás calificativos que nos han acompañado por el hecho de ser mujeres. Personalmente pienso que este consumismo relacionado al día de la mujer nunca se va a acabar, pero creo que reconocer el por qué de la existencia de este día es un imperativo para todos y todas.
A partir de aquí, entonces, quiero hablar del trabajo. Sí, del trabajo. No del tan mencionado incendio ocurrido en una fábrica textil en New York, el cual cobró la vida de muchas mujeres, en su mayoría inmigrantes, y al cual, someramente, se le atribuye la razón de la "celebración" del día de la mujer. Sino lo que condujo a esta tragedia. Y esto es, indiscutiblemente, la precarización del trabajo. Y esta precarización no solo se dio en Estados Unidos, sino también en todos los países alrededor del mundo e incitó a las trabajadoras a organizarse en sindicatos. Lo que pasa es que la historia hegemónica no reconoce todos los aportes de las mujeres obreras que lucharon por los derechos de los trabajadores y las trabajadoras y su implicación silenciosa en la política. Desde el siglo XVIII (corríjanme si antes), las mujeres se han organizado en pro de sus derechos en torno al trabajo y su participación como sujetos políticos, desde el momento en que por necesidad tuvieron que trabajar y reconocieron que era un derecho, no una imposición, y como derecho debía tener como precedente condiciones de igualdad y dignidad. Y es que el trabajo siempre ha sido una función primordial en la mujer, siempre lo ha ejercido. Antes: como obligación impuesta en todas las labores que comprende la economía del cuidado (servicios de salud, educación, trabajo doméstico, maternidad, y me permito incluir el cuidado de la tierra, entre otros) y las cuales no fueron reconocidas como trabajo ni mucho menos remuneradas como tal. Ahora: como ejercicio de sus libertades y derechos ya reclamados y logrados por sus antecesoras. Pero esto no significa que se hayan superado las brechas de desigualdad, ni que se haya erradicado la mercantilización de su cuerpo, ni mucho menos que se haya logrado el reconocimiento de su labor en el hogar y su labor como madre (afortunadas las que pudieron elegir serlo), o erradicado los abusos y violencias, entre muchas otras luchas que al día de hoy como mujeres seguimos reivindicando. Es que desde tiempos inmemorables la mujer ha tenido que luchar por su participación como sujeto de derecho en todos los espacios. Luchó por su participación en la academia, por el reconocimiento de sus aportes en todas las artes, por la diferenciación entre su feminidad y la maternidad, por el derecho a decidir ser o no madre, practicamente ha tenido que luchar por su derecho a ser... Y es importante resaltar que estas luchas no son necesariamente feministas, son luchas de mujeres por el hecho de serlo, por su capacidad de reconocer los privilegios que resultan no solamente a partir del género, sino también de las clases sociales y su deseo innato o reconocido de abolir dichos privilegios para procurar por un estado igualitario que respeta, promueve y ejerce los derechos humanos en todas sus dimensiones.
Por todo lo anterior, el día internacional de la mujer, antes nombrado como día internacional de la mujer trabajadora, requiere ser celebrado, homenajeado, conmemorado de forma tal que se recuerde siempre este legado que necesita seguir siendo transmitido con sus propósitos históricos y no como un día para resaltar adjetivos y etiquetas que en lugar de nombrarnos, nos siguen silenciando y oprimiendo.
Referencias inspiradoras:
Flora Tristán en Unión Obrera
«La ley que esclaviza a la mujer y la priva de instrucción, los oprime también a ustedes, varones proletarios. (...) En nombre del bienestar universal de todos y de todas los comprometo a reclamar los derechos para la mujer.»
Alejandra Kolotái en El día de la mujer
«Dejad que un sentimiento alegre de servir a la causa común de la clase trabajadora y de luchar simultáneamente por la emancipación femenina inspire a las trabajadoras a unirse a la celebración del Día de la Mujer.»
Muy interesante tu articulo Aleja.
Kev